Espectáculo ofertado en el
Circuito Andalúz de Teatro 2010.

Espectáculo finalista premio Desencaja 09.

miércoles, 6 de enero de 2010

CRÍTICA DE ABC. 28/12/09. Lara martínez

Una cuidada joya teatral
El corazón en una mano, la razón en la otra. Visitar a María Antonia González, Antoñita, no es sólo recomendable, sino necesario. Se nota la trayectoria iniciada hace años de la autora y directora.

LARA MARTÍNEZ 28-12-2009 08:02:29
El corazón en una mano, la razón en la otra. Visitar a María Antonia González, Antoñita, no es sólo recomendable, sino necesario. Se nota la trayectoria iniciada hace años de la autora y directora, la joven sevillana Verónica Rodríguez, que a sus 26 demuestra su talento en su primer montaje de creación propia «Esta no es la historia....», con su recién nacida compañía Dicotómica. Antoñita sueña e inventa pero tiene los pies en la tierra. Para esta primorosa costurera, la soledad es lo que queda después de una vida de dedicación total a los demás. Pesa...y mucho. Pero este melodrama no es sólo llanto. Más allá, embriaga de emoción con sus canciones, se cuela por las fisuras del espectador más hermético hasta llenarnos el alma de ilusión y alguna que otra sonrisa cómplice.
El binomio Rodríguez-Escánez eleva la propuesta, este cuento que otorga voz a las personas que callan, a aquellas abuelas, madres...que, por dedicarse a los demás, parecen no tener opinión o conformarse. Antoñita critica, con esa suave humildad...y es verdad que duele. Verdades como puños, que hay que decir. Aún más si la intención se plantea adecuadamente en un texto que no decae, con una interpretación a la altura en un espacio inolvidable creado por Eva Gallego (Fura dels Baus, TNT), que lo divide en rinconcitos donde Escánez-Antoñita vive sus sueños,
Una obra completa, en todos los aspectos. Sin fallos, sin huecos. Una oda al ser auténtico, a la confianza en uno mismo, a no dejarse arrastrar por la vida y luchar por nuestros sueños.

TEATRO
«Esta no es la historia de Antoñita la Fantástica»
Texto y dirección_Verónica Rodríguez; Intérprete_Gina Escánez; Compañía: Dicotómica. Vestuario_ Cristina Simón;Espacio Escénico:Eva Gallego;Música:Daniel Abad; Producción:Verónica Roiz.
Sábado 12 de diciembre en La Sala El Cachorro.
Crítica. ABC. Lara Martínez (pincha aquí)

CRÍTICA . 26/12/09

TEATRO EN LA INTIMIDAD: LA INTIMIDAD DE ANTOÑITA.

"Hace tiempo que no voy al teatro, uno de los grandes placeres de la vida", dice Antoñita. En mi caso, hace tiempo que ir al teatro no se convierte en uno de esos pocos placeres de la vida y en esta ocasión lo fue. Es un placer asistir como público a "Esta no es la historia de Antoñita la fantástica", una obra de Verónica Rodriguez e interpretada por una sublime Gina Escánez.

La historia de Antoñita sabe a "sardina con pan", sabe rico por tanto, sabe bonito, porque bonito es que te canten una canción bajito al oído y esta es una función que se hace bajito, al oído, en la intimidad. Un homenaje a la imaginación, a la radio, a la soledad femenina, al deseo de ser. Gina Escanez se mueve a la perfección por un espacio construido para la función a base de retales, un espacio que se convierte en la luna, en París, en África. Antoñita viaja y viajamos con ella, hasta conseguir el "nobel de la paz", un nobel merecidísimo, porque Antoñita está hecha desde el corazón y el teatro, como dice el maestro Colombaioni, se hace desde el corazón. Es de esas obras que no te arranca una carcajada, que no te hace llorar a chorro, pero te dibuja una sonrisa en los pulmones, en los ojos, en los pies.

Gina Escánez, que ya la hemos visto en otras ocasiones, como en "La vida es sueño" de Calderón, montada, no sé si acertadamente, por la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla, gusta cada día más y me atrevo a decir que será punto de referencia de la escena sevillana, por su maestría, y digo bien, en el hacer y en el decir. Y Verónica Rodriguez, una de las pocas directoras de escena de Sevilla, con una voz más allá de lo femenino, del género, nos presenta un montaje maduro, cuidado, sabe lo que quiere decir, sabe cómo quiere decirlo.

Se agradece que se hagan estos montajes en Sevilla, en una sala íntima, La Sala El Cachorro, con poquita gente, sólo la actriz y el público, sólo el público y la actriz. Un montaje muy explícito en crítica y poesía, con una pensamiento de típica izquierda entre sus puntadas, un discurso que a veces deja al personaje a un lado y habla la actriz, habla la directora, pero no importa, no chirria, porque todo está cosido con mimo, retal a retal, dobladillo a dobladillo, botón a botón.

Si algo no debería destacar, porque es, si acaso, lo que hace que el espectáculo cojee un poco, es el encorsamiento que provoca el espacio sonoro diseñado para la función, pues la estructuración de la misma se hace sobre él. Está tan sumamente milimetrado que no permite a la actriz un ritmo libre, que vaya acorde con el pulso que desde el escenario se debe hacer cada noche al espectador. Y si algo enamora del monetje es la buena utilización de los códigos del buen teatro infantil, para contar, como ya hemos dicho antes, una historia hecha con el corazón. Yo disfruté los 7o minutos de función como un niño y me puse en pie en el aplauso, porque la ocasión lo merecía.
Todavía hay días para disfrutar de Antoñita y que hayan muchos más.
CRÍTICA. Antonio Rincón Cano. (pincha aquí)

CRÍTICA . 21/12/09

lunes 21 de diciembre de 2009
Esta no es la historia de Antoñita la fantástica
Una mujer sola en el escenario. Retales en su sillón, retales en su teléfono, retales en su perchero, retales en su corazón. Una caja de lata oxidada con tan sólo diez recuerdos y un teléfono que nunca sonará... o tal vez sí. Estos son los ingredientes de un homenaje a la mujer vacía por fuera pero muy llena por dentro, tan llena que hace que la incultura se transforme en poesía y la soledad en unas ganas tremendas que querer vivir... o al menos, soñar.

Una interpretación magestuosa de Gina Escanez que se atreve a meterse de lleno y sin tapujos, por primera vez en una interpretación en solitario y sale triunfal, orgullosa de un trabajo minucioso y sin remiendos. La tela de una vida que se descubre dándonos lo mejor de ella, lo que sólo ella sabe dar. Fuerza y energía cuando Antoñita lo necesita y sentimiento y nostalgia cuando los recuerdos se le afloran en una conversación con Sole.
Una mención especial también a la dirección y al texto, una poesía que llega al corazón sin que apenas nos demos cuenta (nunca pude pensar que el mundo de la costura diese tanto de sí en el lenguaje), de Verónica Rodríguez, y a un vestuario y una escenografía impecables.

Quizá una máquina de coser no sea la mejor compañía del mundo pero... a falta de pan, buenas son tortas.

Intimista a más no poder. Tan sólo una pega: el saloncito de Antoñita es muy acogedor pero se merece una sala más grande y un escenario que no comparta el suelo con el espectador pero,por favor, sin perder ese intimismo que caracteriza a la obra.

Por favor, que se pare el mundo, que me quiero bajar.
Crítica de Me llaman Coco.Sueños sen fín (pincha aquí)

ARTÍCULO ABC.

Antoñita, voz de los que callan
Entre retales, agujas y botones, en su saloncito, Antoñita se convierte en «un referente como ser humano y un homenaje a las personas que se quedan en el silencio para dar voz a otras.

LARA MARTÍNEZ MARTÍNEZ 18-12-2009
Entre retales, agujas y botones, en su saloncito, Antoñita se convierte en «un referente como ser humano y un homenaje a las personas que se quedan en el silencio para dar voz a otras, de las que han cuidado durante toda su vida; mujeres que han ayudado a levantar una sociedad sin haber ido a la universidad, que tienen su opinión y no son conformistas, aunque puedan parecerlo por su silencio», explica la directora hispalense Verónica Rodríguez, autora de «Ésta no es la historia de Antoñita la Fantástica», primer montaje de la recién nacida Compañía Dicotómica, fundada con la productora Verónica Roiz. A sus 26 años, la sevillana Verónica Rodríguez empezó pronto en el mundo teatral y tiene una amplia trayectoria a sus espaldas. Después de interpretar y dirigir propuestas con Carlos Álvarez-Ossorio, recibiendo premios a mejor actriz y formándose con Miguel Narros o José Carlos Plaza, entre otros, Rodríguez se lanza con esta creación propia porque «ahora es cuando siento la necesidad de contar historias dirigidas a la gente que, como yo, se siente pequeña en ocasiones y no entiende el por qué de ciertas injusticias en el mundo». Otra sevillana, Gina Escánez, a la que pudieron ver en «Don Juan Tenorio» o «La dama duende» de Teatro Clásico de Sevilla, insufla vida a esta costurera llena de sueños y miedos que le impiden cumplirlos. Siempre dedicada a los demás (sus hermanos, sus padres.), ahora sólo le queda la soledad y su compañera del alma, su máquina de coser «Sole». Y la radio, siempre encendida, con la banda sonora de Antoñita, compuesta por Daniel Abad. Una costurera con mucho que decir en un cuento repleto de sensibilidad: «No es un drama, no es una comedia, no es un musical. Es su risa, su llanto, su canto. Se acerca más al melodrama, pero hay varios momentos en los que deja este género», comenta la directora. Desde su salón, Antoñita invita al público a viajar a Paris, a un safari en África y hasta a hacerle una visita a la Luna. Mientras, aprovecha su teléfono para realizar un homenaje al maestro Gila.

ARTÍCULO ABC.(pincha aquí)